¿Podemos ha ampliado su espacio electoral desde 2014?

Artículo publicado en Agenda Pública el 1 de julio de 2016

Podemos irrumpió en la arena electoral en las elecciones europeas de 2014 con 1.245.000 votos, un 7.97% de los sufragios. Su aparición propició un terremoto político, pero en esas mismas elecciones, Izquierda Unida -con Iniciativa per Catalunya Verds- obtuvo 1.562.000, prácticamente un 10% de los sufragios y la candidatura “Primavera Europea”, que reunía a Compromís y Equo, consiguió el 1.91%. En total, entre las tres candidaturas llegaron al 19.87% de los votos. En las elecciones del 26 de junio, las candidaturas respaldadas por esos mismos partidos obtuvieron el 21.1% de los votos. Es decir, no parece que su espacio electoral se haya ampliado sustancialmente.
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Si comparamos el porcentaje sobre electores evidentemente sí que ha crecido, puesto que en las elecciones europeas se registró una participación del 45.8% frente al 69.8% de las últimas elecciones, sin contar aún el voto exterior. Sin embargo, se aprecia no sólo un claro descenso respecto a las elecciones generales del 20D sino incluso en relación a las elecciones autonómicas de la primavera de 2015, incluyendo las elecciones andaluzas pero sin considerar las catalanas de septiembre, que distorsionarían la media a la baja. Es decir, Podemos y sus confluencias han obtenido un menor porcentaje de votos en las elecciones generales de 2016 que en las autonómicas de la primavera de 2015.
Es cierto que tras las elecciones europeas de 2014 Podemos supo capitalizar ese espacio electoral en todas las encuestas que se realizaron en los meses posteriores. Sin embargo, en las elecciones autonómicas de mayo de 2015 pudimos comprobar cómo Podemos no era capaz de aglutinar todo ese voto, sino que el espacio seguía fragmentado entre Podemos, una disminuida Izquierda Unida,  y Compromís, que obtuvo unos excelentes resultados en la Comunitat Valenciana.
Las elecciones autonómicas de mayo, sumadas a la andaluzas de marzo, arrojaron un equilibrio de fuerzas en las que Podemos conseguía un 14.1% de los votos, IU un 4.7% y las candidaturas de izquierdas de Compromís y MÉS un 3.2%. En total, un 22% de los votos y un 14.81% de los electores.
Si analizamos los resultados en las principales Comunidades Autónomas y en aquellas donde el voto de este espacio fue más importante en 2014 vemos pautas muy interesantes. Allí donde hay fuerzas políticas de izquierdas de carácter autonómico, o IU es muy fuerte -como en Asturias- el espacio electoral a la izquierda del PSOE llega prácticamente al 30%.
Este empuje se mantuvo en las elecciones generales de 2015, donde en la mayoría de comunidades autónomas se mantuvo o incluso se incrementó el porcentaje de voto de este espacio electoral en relación a las autonómicas de mayo.
Sin embargo, en las elecciones generales del 26 de junio este espacio reduce su porcentaje de voto a niveles inferiores a las europeas de 2014 en prácticamente todas las Comunidades. Sólo hay dos excepciones significativas, Catalunya y el País Vasco,  donde este espacio, que cosechó unos resultados discretos en las Europeas de 2014 (14-15%), se dispara hasta el 24.5% en Catalunya y el 29% en el País Vasco, situándose como las dos comunidades con un apoyo más alto, junto a la Comunitat Valenciana. En Galicia también obtienen mejores resultados que en 2014, aunque el crecimiento es mucho menor.
En cualquier caso, se acercan comicios autonómicos en Galicia y el País Vasco, en los que Podemos y sus aliados deberán demostrar si consiguen mantener unos apoyos superiores al 25% de los votantes después de ver cómo el PSOE les ha superado en Galicia y a la espera del comportamiento del electorado vasco, que ha apostado por Podemos en clave estatal pero puede diversificar sus apoyos en octubre en beneficio de la izquierda abertzale.
Tabla. Resultados electorales en % de Podemos, IU, ICV, Compromís, Equo, ANOVA y MÉS
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¿Qué conclusiones cabe extraer de estos datos?
Podemos ha sido muy hábil en capitalizar la voluntad de cambio expresada en las urnas en mayo de 2014 y mayo de 2015 a pesar de que los actores que consiguieron movilizar el voto fueron muy diversos. Pero cuando ha querido monopolizar todo el espacio electoral en una sola candidatura para maximizar los resultados en escaños, el espacio se ha reducido hasta niveles inferiores a los conseguidos en 2014 en términos de porcentaje de voto.
Pero hay otra lectura más interesante y que nos permitiría entender quizás por qué las encuestas no han acertado los resultados. La aceleración del tiempo en estos dos años nos ha dejado la impresión, probablemente errónea, de que todo seguía cambiando. Pero los datos nos muestran que la fotografía electoral que nos dejó las europeas de 2014 se ha movido muy poco. En 2014 se produjo un gran cambio que Podemos supo capitalizar, pero poco ha cambiado desde entonces. La “fuerzas del cambio” han aumentado sus votos en la misma medida que aumentaba la participación en los comicios autonómicos y generales, pero no más.
En 2014 las candidaturas a la izquierda del PSOE obtuvieron el 19.68% de los votos y en junio de 2016 se quedaron en el 21.1%. El PSOE obtuvo entonces el 23% de los sufragios, y en las últimas elecciones generales llegó al 22.7%.
Por el contrario, la suma de Ciudadanos y UPyD obtuvo el 9.66% de los votos en 2014 y ahora han superado ligeramente el 13%, mientras que el PP -que se quedó entonces en el 26% de los votos debido en parte a que VOX obtuvo el 1.7%- ha conseguido el 33% de los sufragios el 26J.
El mapa electoral español quizás no ha cambiado tanto como creíamos y se mantiene estable desde mayo de 2014, cuando se produjo el verdadero cambio en el sistema político español, que provocó -no lo olvidemos- la dimisión del secretario general del PSOE e hizo abdicar al jefe del Estado. Desde entonces vivimos en un nuevo equilibrio, complejo pero bastante estable.

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